Hogares y pandemia

ace unos días se dio a conocer una inédita medición que realizó el Ministerio de Desarrollo Social, junto al PNUD y el INE, en que se levantaron datos sobre el impacto de la pandemia en los hogares chilenos. El resultado es desolador al comprobar que el 60% de los hogares del país ha visto disminuir sus ingresos y más de la mitad redujo sus activos para enfrentarla. En casi 4 de cada 10 hogares hay una persona del grupo desempleada.

El estudio es un buen paso para ir afinando las políticas públicas de alivio a la emergencia sanitaria y a la vez para diseñar con más precisión las que vienen, especialmente en materia de empleo. Esto se complementará con un segundo levantamiento de manera panel para contar con información de estas familias en unos meses más, para comprender los efectos permanentes o transitorios que tiene la pandemia en los hogares.

El tema de delinear los beneficiarios de la política social es clave en un minuto es que más del 45% de los hogares encuestados han recibido ayuda en bienes o dinero, o ambos durante la crisis.

La fuerte carga fiscal que suponen estos beneficios requerirá en el mediano plazo activar el empleo y focalizar las transferencias, de manera de poder mantener las finanzas públicas sanas. Aunque hoy la emergencia ha llevado a expandir estas ayudas, habrá un desafío casi tan grande en ir reordenando estas ayudas.

Al revisar la encuesta el factor desempleo emerge como un tema clave para explicar el deterioro de los ingresos familiares. Es por eso que es primera prioridad empalmar los actuales empleados bajo el sistema protección del empleo con una alternativa para mantener sus trabajos y la creación de nuevos puestos de la mano de la reactivación. Para esto los esfuerzos deben ser desde lo público –con el desarrollo del subsidio al empleo anunciado-, de la población en el sentido de cuidar la vuelta a los espacios públicos responsablemente y del sector privado, en el sentido de impulsar nuevos proyectos pese al complejo escenario del país.